lunes, 31 de agosto de 2009

Programa Historia y Patrimonio Cultural de la salud del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires

El programa Historia y Patrimonio Cultural de la Salud es una iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud y el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. Está coordinado por los profesionales: Lic. Mariana Pistoletti ; Lic. Celia Sipes y Marcelo Pizarro del Ministerio, quienes son los responsables de las acciones del programa. El mismo representa un eje sustancial para la construcción de los valores identitarios de las instituciones de la salud pública de la ciudad y un aporte fundamental para el fortalecimiento de una perspectiva integral histórica social de nuestra ciudad y nuestro país. La resignifiación de los procesos, prácticas y productos que tuvieron y tienen lugar dentro de este subsistema de salud implica un proceso de concientización social que estimula valores humanos constructores de una cultura comunitaria y de respeto por lo propio y ajeno y de responsabilidad social. Asimismo este programa comprende la salud desde un sentido integral del ser humano por lo que promueve la transformación institucional a través de la creación de espacios culturales en los efectores públicos de la Ciudad en función de una sociedad más solidaria y feliz.

Historia de las instituciones públicas de salud en la Ciudad de Buenos Aires

Breve historia de los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires


La memoria del pasado nos lleva al reencuentro de nuestras propias raíces; el pensar en los propios orígenes institucionales ayuda a elucidar con claridad el presente y definir un futuro de cambio. Lo fundacional es la piedra primera de la identidad de una Institución.
Los hospitales que forman parte del sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires atraviesan tres siglos de historia. La creación de cada uno de ellos remite a determinados momentos socio-históricos y responden a las diversas concepciones del “arte de curar” y al devenir del control político sobre los mismos. Desde la etapa hispánica bajo la influencia de laicos, congregaciones de la Iglesia Católica y autoridades virreinales, pasando por la paulatina intervención del incipiente estado independiente para asumir el cuidado de la salud de la población, llegamos a la actualidad, donde el enfoque se posiciona en la prevención y la promoción de la salud, en la participación social, en la descentralización, en la transformación de las relaciones Estado Sociedad, en la salud como política de Estado y como derecho universal. Los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires se fueron conformando a partir del siglo XVIII con la creación del Hospital de Mujeres por parte de la Hermandad de la Santa Caridad en 1774, actual Hospital Rivadavia. En 1779 el Virrey Vértiz instalará la Real Casa de Niños Expósitos, posteriormente denominada Casa Cuna, actual Hospital de Pediatría Dr. Pedro de Elizalde. A partir de la segunda mitad del siglo XIX se incorporarán a la Ciudad diez nuevos hospitales y en el siglo XX se sumarán veintiuno, hasta completar la dotación actual En los orígenes del sistema de salud, en el barrio de Barracas, en 1760 el vecino Melchor García de Tagle fundó una Casa de Ejercicios para las mujeres que también donaría luego a los jesuitas. Allí se trasladó la Casa de Expósitos. La infancia era considerada en la geografía del barrio. También había un lugar para niños expósitos en las proximidades de la Convalecencia, última edificación jesuítica hacia el sur que luego quedaría en poder de Rosas. En el año 1854, luego de la caída del gobernante, las “dementes” del patio del Hospital General de Mujeres fueron trasladadas a estas instalaciones. A partir de ese momento se conoce ese lugar como Hospital Nacional de Alienadas, actual Hospital Moyano. Antes de la conformación de los hospitales a las personas con problemas mentales se les reservaba los grilletes de las cárceles del Cabildo en el caso de que fueran de clase baja o esclavos. Si se trataba de mujeres de clase alta, tenían la alternativa de las celdas de conventos de clausura. La hermandad hospitalaria de los frailes Betlemitas se preocupó luego por ubicar dentro de la Ciudad espacios destinados a personas con problemas serios de salud mental.
En la página web del Hospital Moyano se cuenta que el historiador Paul Groussac relata que en el año 1734, el vecino Don Ignacio Ceballos, dona a la Compañia de Jesús un terreno en Los Andes de San Pedro y una amplia finca en el sur de Buenos Aires. En ese lugar se edifica la residencia de Belén hasta expulsión de los jesuitas en el año 1767.
Acontecido esto, los Betlemitas reclamaron “Las Lomas” para sus obras; es en este tiempo de los Betlemitas que las Lomas toman el nombre de Convalecencia.
En tiempos de Rivadavia se comienza a pensar en un proyecto de los hospicios, pero durante el gobierno de Rosas las Lomas serán ocupadas por los cuarteles de Cuitiño (la mazorca) cuyas ruinas quedan aún como reliquia histórica. Solo después de Caseros el proyecto llega a término.En el año 1853 La Sociedad de Damas de Beneficencia hacen su aporte de proyecto benefactor articulado con el proyecto científico del Dr. Ventura Bosch, quien elaborará un programa para un gran hospital, tomando el modelo de los hospitales franceses.
En marzo de 1854 se inaugura el Patio de Dementes que cuenta con 66 pacientes. Ya fines del siglo se va terminando la construcción de los grandes pabellones hoy centenarios.
EL siglo XX traerá la revolución psicoanalítica y la década del 50 la revolución psicofarmacológica
En la última década comienza un programa de reorganización del Hospital el cual se ha ido cumpliendo en diversas etapas y que ha permitido reducir la población nosocomial de 2500 a 1500 pacientes.. Cabe destacar que en los tiempos de su nacimiento esta zona de Buenos Aires denominada “la manzana de la locura” nada tenía de periférica. Si bien en 1870 Barracas al Sud padeció graves epidemias de fiebre amarilla, el exilio de la región hacia barrios lejanos como La Recoleta, por parte de las clases altas, no sería algo inmediato. Hasta ese momento puede decirse que son aquellas donaciones de particulares las que hacen de la salud una “cosa pública” (res-publica) tempranamente en el centro de Buenos Aires, lo cual incluye, a su modo, la “higiene mental”.
José Ingenieros, en su obra La locura en Argentina, nos ilustra sobre las condiciones de nacimiento de los hospitales psiquiátricos. Este capítulo más bien descriptivo se llama “los modernos asilos para alienados”, y data de la década de 1910.
En cuanto al Hospicio San Buenaventura (luego Hospicio de las Mercedes, actual Hospital Borda), abrió sus puertas en 1860. La primera ampliación tuvo lugar en 1876 y se la llamó “Ensanchamiento del Hospicio de Dementes”. Uno de los edificios del predio del Borda había sido pensando para muchos destinos antes de ser inaugurado, como por ejemplo una escuela de enfermería. Hoy se llama igual que cuando se inauguró el 20 de diciembre de 1968: Dra. Carolina Tobar García, hospital especializado en salud mental infantil, que pasó formar parte del sistema de salud de la Ciudad en 1991. Los primeros pacientes de este hospital provinieron en masa desde el Asilo-Colonia mixto para Retardados de la localidad de Torres (conocido hoy como “Montes de Oca”). Esta Institución había sido creada ante la superpoblación del Hospicio de las Mercedes en 1918 mediante la reglamentación de la Ley 4953 del año 1906. La idea rondaba desde 1860, según Ingenieros. En los últimos años se ha generado una discusión profesional y a la vez que política sobre la necesidad de “desmanicomializar”, de ir abriendo las puertas del hospital hacia la comunidad y disminuir el número de camas de internación. Con respecto al tema de la población, Ingenieros nos informa que muchos de los internados e internadas eran extranjeros. La cuestión de la superpoblación con migrantes (ya sea europeos, ya de las provincias) no se extingue en el hecho de que aumentaran las internaciones psiquiátricas. Los mestizajes que se produjeron con estas incursiones aumentaron en grado sumo las cifras de niños abandonados. Esta conducta de abandono, en dicha época, pudo haber tenido como principales motivos: la vergüenza del mestizaje (con sus consiguientes hijos bastardos); y, por otro lado, la posibilidad de que muchos de ellos además contaran con algún grado de retraso mental. En la “Casa de Expósitos” (Ex Casa Cuna) había un torno de madera mediante el cual se legitimaba el abandono de los ilegítimos: de un lado se depositaba al niño, se accionaba el torno que giraba y así el niño aparecía del otro lado con las monjas de la Hermandad de la Caridad, manteniendo a los responsables en el anonimato. El Hospital Rivadavia, por su parte, es el nosocomio de continuada vigencia más antiguo del país. A sus edificios de Palermo se trasladaron, en 1887, las autoridades, los médicos, las monjas, el personal, las enfermeras, las enfermas, y hasta parte del mobiliario del el viejo Hospital de Mujeres. Sus construcciones fueron realizadas por una congregación de laicos llamada Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, fundada en l727 por el gaditano Juan Alonso González (futuro bisabuelo del general Belgrano), para enterrar a las víctimas -sin recursos dejados- de la epidemia de ese año, lo mismo que a otros muertos en igual estado de abandono. Fue un hijo de éste, el R.P. José González Islas, quien realizó los esfuerzos necesarios para abrir el Hospital, siendo además su primer capellán y administrador. La existencia de esta unidad asistencial vino a llenar, de otro lado, un vacío , ya que la casa administrada por los barbudos frailes bethlemitas (Hospital de Belén), albergaba a hombres solamente. En l822 Bernardino Rivadavia, Ministro del Gobierno del General Rodríguez- provincializó asilo y hospital, dejando el templo a los curas, tras disolver la cofradía de aquellos varones. Después del intento de privatizar la administración del instituto, fracasada por su inconveniencia económica, este alto funcionario se ocupó tenazmente de su progreso. Durante el Gobierno de Rosas le fue quitado el subsidio estatal -pretextando el bloqueo francés- y quedó liberado a la caridad pública que lo mantuvo deficientemente hasta el día de su derrocamiento armado. Luego de la batalla de Caseros (Urquiza, 1852), la Sociedad de Beneficencia de la Capital -Institución de damas fundada por B Rivadavia en 1823- fue restablecida con todos los honores, y se hizo cargo del hospital el 15 de mayo de ese año, por pedido del Gobierno, continuando bajo la dependencia de la provincia de Buenos Aires. Merced a la gestión de esta entidad filantrópica se fundó en su seno la primera Maternidad el 10 de diciembre de 1853.
El normal crecimiento demográfico de Buenos Aires, incrementado por las corrientes inmigratorias -impulsadas por la idea de Alberdi - y conncretada en esta Capital luego de la batalla de Pavón (Mitre, 1861), hizo la necesidad de un lugar más espacioso para la atención de las enfermas, dándose entonces el lento proceso de la búsqueda de terrenos apropiados. La piedra fundamental se colocó el 6 de diciembre de 1880, a poco días que el nosocomio fuera nacionalizado, junto con la Ciudad, asistiendo a la ceremonia -especialmente invitado- fray Mamerto Esquuiú, que fuera “orador de la Constitución” y ahora obispo electo de Córdoba. El 28 de abril de 1887 el Ministro del Interior Dr. Eduardo Wilde -médico afamado y destacado escritor- inauguró los palaciegos edificios, iluminados por gas, a los que se accedía en vehículos de tracción a sangre, por calles anegadizo.
Desde entonces se ha continuado los progresos de los pabellones como el Pequeño Pabellón "Sala de Cirugía" (iniciativa del Dr. Molina), inaugurado en 1893, el Pabellón "Siglo XIX " (para tuberculosas), inaugurado en 1893 para aislamiento de las enfermas de esta patología, quienes habían sido albergadas hasta entonces en las diversas salas de Clínica Médica o la "Galería de cristales", construida en 1912 en el Pabellón de Administración.
El 7 de septiembre de 1946 el Poder Ejecutivo Nacional intervino la Sociedad de Beneficencia, pasando a depender poco tiempo después del Ministerio de Salud Pública de la Nación. Con este acto cesó la actividad de la damas de Caridad al frente del Hospital. Tras un breve lapso de administración comunal, en l98l, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires retomó (de manos de la Nación) las funciones rectoras, en junio de 1992, ocurriendo la subordinación al Gobierno de la Ciudad al producirse un cambio institucional, en 1996, derivado de las exigencias de la nueva Constitución de 1994.

Historia de la Salud en la Ciudad de Buenos Aires

Memoria Compartida

Historia de la Salud en Argentina